El 28 de febrero de 1969 un terremoto en la costa de Huelva alcanzó los 7,3 grados. Murieron cuatro personas de crisis cardiaca, dejó inhabilitadas 18 casas y derrumbó cuatro viviendas en Isla Cristina.
En 1829 se produjo uno de 9 grados en la Escala Richter con epicentro en el Bajo Segura que se saldó con más de 800 muertos y más de 2.000 edificios destrozados. Varias localidades de la zona tuvieron que ser reconstruidas.
Desde el terremoto de 1884 en Granada que causó 800 víctimas mortales y 400 heridos, la mayoría de los movimientos telúricos en España no ha tenido trágicas consecuencias debido a su baja intensidad, generalmente inferior a los 5 grados en la Escala Richter.
El 20 de abril de 1956 fallecieron 12 personas y más de 70 resultaron heridas. Medio millar de edificios se derrumbaron a causa de los violentos temblores de tierra.
La zona atlántica frente al Cabo de San Vicente, al suroeste de Portugal, es una de las de mayor actividad sísmica del mundo. El más reciente en esta zona tuvo lugar el 28 de febrero de 1969 en la costa de Huelva, que alcanzó los 7,3 grados y en el que murieron cuatro personas de crisis cardiaca, dejó inhabilitadas 18 casas en huelva y derrumbó cuatro viviendas en Isla Cristina.
Una gran actividad sísmica
No es la primera vez que Murcia siente temblar la tierra. Ya en 1999 se produjeron dos terremotos en Puebla de Mula que causaron una veintena de heridos. Concretamentemente, en Lorca en 2002 un terremoto dejó un herido y varios desperfectos en sus pedanías.
Pero los terremotos más fuertes ocurridos en España, además de éstos, tuvieron lugar en 2005 y 2007. El primero, ocurrido un 29 de enero, alcanzó los 4,7 grados, con epicentro en la localidad murciana de Bullas.
Hubo hasta 500 réplicas en los días posteriores que destruyeron más de 800 viviendas en Zarzilla de Ramos y Lorca.
El de 2007, de 6,1 grados de magnitud, fue el más fuerte sentido en España desde 1969. Tuvo su epicentro a unos 200 kilometros del cabo portugués de San Vicente. Fue sentido en casi toda la península y motivó desalojos en numerosos edificios.
El 11 de mayo de 2011, un terremoto dejó ocho muertos, 167 heridos y mucho miedo en el pueblo murdiano de Lorca.